PREGUNTAS & RESPUESTAS

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De seguro, ésta no es la conversación más brillante de la historia.

Ni la más entretenida.

A ratos es un diálogo bobo, con un penetrante olor a cursilería.

Pero, a mi me gusta. Y eso basta.

Por lejos, debe ser la discusión más necia que he tenido.

Sin embargo, no la olvido. Con insistintencia regresa.
Incluso, hasta he llegado a fantasear con ella. Tanto como contigo.

Por eso la escribí.

Estábamos sentados frente a un improvisado telón de cine.

Una manera siútica de llamar a una sábana blanca. Sí, eso era.

En ella, muchas manchas. Blancas, grises y negras.

Un flaco favor le hacíamos a Buñuel y su "Perro Andaluz".

Al cabo de un rato, me encontraba mareado. Muy mareado.

Las sombras en esa vulgar pantalla no dejaban de girar.

Todo se encontraba torcido.

Y te pregunté:

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Ó: ¿Eres feliz?
S : Sí.
Ó: ¿Qué tanto?
S : Mucho.
Ó: De uno a diez, ¿Cúanto?
S : Nueve.
Ó: ¿Quién logró un diez?
S : Nadie hasta ahora.
Ó: ¿He sido quien llegó más lejos?
S : Quizás.
Ó: ¿Sí o no?
S : ¿Te sirve un sí?
Ó: Sí.
S : ¿Qué tanto?
Ó: Mucho.
S : Y tú, ¿Eres feliz?
Ó: La mayoría de las veces.
S : ¿No lo eres siempre?
Ó: Obvio, por momentos no.
S : Bueno, ¿Pero conmigo eres feliz?
Ó: Sí.
S : ¿Qué tanto?.
Ó: Mucho.
S : En la tabla que recién inventaste, ¿De uno a diez?.
Ó: Nueve.
S : Ponte serio.
Ó: Es verdad.
S : ¿Con quién llegaste a diez?
Ó: Con ninguna.
S : ¡Júrame que eso es cierto!
Ó: ¿Te sirve un sí?
S : ¡Esto es importante!
Ó: Sí a ambas preguntas. Oie, ¿Te gustan las cabritas?
S : ¿Dulces o saladas?
Ó: ¿Dulces?
S : Sí.
Ó: Piola.
S : ¿Y las saladas?
Ó: No.
S : A mi tampoco.
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